O bispado de Alcalá de Henares denuncia o ataque à
liberdade religiosa em Espanha: «sistemático, organizado, planificado e financiado».
El obispado de Alcalá de Henares,
dirigido por Juan Antonio Reig Pla, ha hecho un llamamiento a la
unión «en defensa de nuestros hijos» ante el acoso de los que pretenden
imponer la ideología de género y el pensamiento único en los ámbitos
social, político y educativo.
En los últimos meses, se han aprobado en
distintas comunidades autónomas leyes que imponen la ideología de
género y que han sido aprobadas en la mayoría de los casos
con el beneplácito de todos los grupos políticos sin excepción.
Ante esta situación y ante los ataques a la
libertad religiosa acontecidos en las últimas semanas en Valencia, el obispado
de Alcalá de Henares ha emitido un comunicado en el que denuncia que
el «ataque a la libertad religiosa es en España sistemático, organizado,
planificado y financiado».
El obispado denuncia «la agresión
promovida, jaleada, organizada contra los católicos» que tuvo una de
sus manifestaciones más violentas en la profanación de la imagen de la
Virgen difundida para convocar al «orgullo gay» en Valencia y en las denuncias,
críticas y ataques que ha recibido el arzobispo de Valencia, Antonio
Cañizares, en las últimas semanas.
«No nos callarán, no tenemos miedo».
«Pueden encarcelarnos, ponernos sanciones
administrativas, reducirnos a guetos, pero no nos callarán ni dejaremos
que nos roben el corazón de nuestros hijos», es el mensaje del
obispado que termina afirmando: «¡No tenemos miedo!»
El obispo de Alcalá de Henares, al
igual que Cañizares, ha sido víctima del acoso del lobby gay y
la izquierda radical a causa de su carta sobre la ley de transexualidad
aprobada en la Asamblea de Madrid. Reig Pla, junto al obispo de
Getafe, condenaba en esta carta la ley de transexualidad madrileña al
considerarla «injusta» y fruto de un «pensamiento totalitario» que
trata de imponer la ideología de género en los ámbitos sanitario y educativo.
En el comunicado emitido tras la avalancha de
críticas vertidas contra Cañizares y la aprobación de diversas leyes de
transexualidad, el obispado de Alcalá recuerda que la familia es
una «sociedad natural» que existe «antes que el Estado» y
posee unos derechos propios inalienables que han sido ignorados o minados «no
raras veces» por leyes e instituciones.
El obispado pide, asimismo, defender a
la familia fundada sobre el matrimonio entre un hombre y una mujer y
respetar el derecho a la libertad religiosa y a profesar públicamente la propia
fe.
EN DEFENSA DE
NUESTROS HIJOS
«El sensato actúa
con reflexión,
el necio exhibe su
ignorancia»
(Proverbios 13,
16)
Nota de la Delegación Diocesana de Pastoral
Familiar (Alcalá de Henares) ante los ataques a la libertad religiosa ocurridos
en Valencia y la promoción de leyes contra la familia.
De nuevo, ante la agresión promovida, jaleada,
organizada contra los católicos, Nosotros, como esposos y padres, conscientes
de que el bien de la persona, de la sociedad y de la Iglesia misma pasa por la
familia, estamos obligados a proclamar a todos el plan de Dios intrínseco a la
naturaleza humana sobre el matrimonio y la familia; promover estas dos
instituciones y defenderlas de todo ataque dirigido contra ellas.
Recordamos a todas las familias españolas y
personas de buena voluntad, la Carta de los derechos de la familia publicada el
22 de octubre de 1983 que establece:
1. La familia está fundada sobre el matrimonio, esa
unión íntima de vida, complemento entre un hombre y una mujer, que está
constituida por el vínculo indisoluble del matrimonio, libremente contraído,
públicamente afirmado, y que está abierta a la transmisión de la vida;
2. Que el matrimonio es la institución natural a la
que está exclusivamente confiada la misión de transmitir la vida;
3. Que la familia, sociedad natural, existe
antes que el Estado o cualquier otra comunidad, y posee unos derechos propios
que son inalienables;
4. Que la familia (fundada en la unión fiel,
exclusiva, para siempre, fecunda de un varón y una mujer) constituye, más que
una unidad jurídica, social y económica, una comunidad de amor y de
solidaridad, insustituible para la enseñanza y transmisión de los valores
culturales, éticos, sociales, espirituales y religiosos, esenciales para el
desarrollo y bienestar de sus propios miembros y de la sociedad;
5. Que la familia es el lugar donde se encuentran
diferentes generaciones y donde se ayudan mutuamente a crecer en sabiduría
humana y a armonizar los derechos individuales con las demás exigencias de la
vida social;
6. Que la familia y la sociedad, vinculadas
mutuamente por lazos vitales y orgánicos, tienen una función complementaria en
la defensa y promoción del bien de la humanidad y de cada persona;
7. Que la experiencia de diferentes culturas a
través de la historia ha mostrado la necesidad que tiene la sociedad de
reconocer y defender la institución de la familia;
8. Que la sociedad, y de modo particular el Estado
y las Organizaciones Internacionales, deben proteger la familia con medidas de
carácter político, económico, social y jurídico, que contribuyan a consolidar
la unidad y la estabilidad de la familia para que pueda cumplir su función
específica;
9. Que los derechos, las necesidades fundamentales,
el bienestar y los valores de la familia, por más que se han ido salvaguardando
progresivamente en muchos casos, con frecuencia son ignorados y no raras veces
minados por leyes, instituciones y programas socio-económicos.
10. Que muchas familias se ven obligadas a vivir en
situaciones de pobreza que les impiden cumplir su propia misión con dignidad.
La situación de ataque la libertad religiosa es, en
España sistemática, organizada, planificada y financiada. Por ello, recordamos
que el Artículo 7 de la citada carta establece: Cada familia tiene el derecho
de vivir libremente su propia vida religiosa en el hogar, bajo la dirección de
los padres, así como el derecho de profesar públicamente su fe y propagarla,
participar en los actos de culto en público y en los programas de instrucción
religiosa libremente elegidos, sin sufrir alguna discriminación.
Por tanto, Hacemos de nuevo un llamamiento para que
nos unamos en defensa de nuestros hijos porque la familia tiene el derecho de
ejercer su función social y política en la construcción de la sociedad.
Recordamos que:
a) Las familias tienen el derecho de formar
asociaciones con otras familias e instituciones, con el fin de cumplir la tarea
familiar de manera apropiada y eficaz, así como defender los derechos, fomentar
el bien y representar los intereses de la familia.
b) En el orden económico, social, jurídico y
cultural, las familias y las asociaciones familiares deben ver reconocido su
propio papel en la planificación y el desarrollo de programas que afectan a la
vida familiar. (Artículo 8)
c) La «fuente y síntesis de estos derechos es, en
cierto sentido, la libertad religiosa, entendida como derecho a vivir en la
verdad de la propia fe y en conformidad con la dignidad trascendente de la
propia persona» (San Juan Pablo II,Centesimus annus, n. 47).
Asimismo, el «derecho a la libertad religiosa» es
el derecho de «Todos los hombres deben estar inmunes de coacción, tanto por
parte de personas particulares como de grupos sociales y de cualquier potestad
humana, y ello de tal manera, que en materia religiosa ni se obligue a nadie a
obrar contra su conciencia ni se le impida que actúe».
¡No tenemos miedo! Sabemos de Quien nos hemos
fiado. Pueden encarcelarnos, ponernos sanciones administrativas, reducirnos a
guetos, pero no nos callarán ni dejaremos que nos roben el corazón de nuestros
hijos.
Nos unimos a las familias de la Archidiócesis de
Valencia y sus pastores en la oración y en el corazón de la Santísima Trinidad.
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